En pocas palabras, este clásico francés es un plato parecido a un guiso de carne y verduras hervidas. Sin embargo, no es tan simple como podría parecer a primera vista. Pot-au-feu, que en francés significa “olla al fuego”, es uno de los platos de invierno campesinos franceses más antiguos. Originalmente se preparaba sobre un fuego abierto con cortes de carne baratos y de inferior calidad, verduras como patatas, cebollas, zanahorias, puerros y nabos, y cualquier otro ingrediente que hubiera disponible. El resultado era un guiso sabroso que ayudaba a pasar la temporada de frío. El uso de cortes duros de carne y la baja temperatura de cocción significan un largo tiempo de cocción para ablandar la carne, a veces incluso un día entero. El plato se considera tradicionalmente terminado cuando el caldo adquiere una textura gelatinosa. Como es uno de los platos más populares en Francia, cada región, como es de esperar, tiene su propia versión del plato, sin embargo, el denominador común entre todos ellos es que el caldo se sirve primero y la carne después. Con sus maravillosos aromas y su carne tierna y suculenta, una ración de pot-au-feu acompañada de una copa de vino tinto seco es una experiencia auténtica que vale la pena el tiempo invertido en prepararla.

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