El mole es una familia de ricas salsas mexicanas y el plato nacional del país. La base suele contener chiles mexicanos que se muelen en un molcajete, un mortero tradicional hecho de piedra. Otros ingredientes pueden variar, por lo que los moles pueden contener verduras, frutas, especias, hierbas, nueces, semillas, masa de maíz, pan e incluso chocolate, que agrega notas terrosas a los ingredientes más picantes. Curiosamente, los aztecas lo llamaban molli, que significa brebaje o mezcla. El mole más conocido es seguramente el mole poblano, originario de Puebla. En Oaxaca, también conocida como “la tierra de los siete moles”, se pueden encontrar moles verdes (con cilantro), moles rojos (tomates, semillas de sésamo), moles negros (chiles, chocolate, nueces, frutos secos), manchamantel (tomates, piña, chiles anchos, canela, plátanos), moles naranja-rojos (plátanos machos), mole almendrado (almendras) y cacahuate (cacahuates). Los ingredientes utilizados en los moles siempre se muelen, se mezclan, luego se cuecen a fuego lento y, una vez lista la rica salsa, tradicionalmente se sirve con aves.
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