Este colorido ragú de verduras provenzal se prepara tradicionalmente con ingredientes sencillos y de fácil acceso: calabacines, berenjenas, pimientos verdes y rojos, tomates, cebollas, ajo y perejil. El nombre ratatouille proviene de la antigua palabra occitana ratatolha y de la palabra francesa touiller, que significan mezclar o revolver, en referencia al proceso de cocción en el que los ingredientes primero se cuecen a fuego lento por separado (se sazonan con sal, pimienta y aceite de oliva) y luego se mezclan y revuelven hasta formar una vibrante mezcla de verduras. Aunque el ratatouille no se popularizó hasta la década de 1930, en la década de 1980 el plato se había convertido en la estrella de cualquier cena. El ratatouille se puede disfrutar solo, servido caliente o frío, junto con pan de ajo tostado, o se puede servir como acompañamiento de platos principales de carne asada o a la parrilla, especialmente cordero y pollo.

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