Salsa de tomate

La salsa de tomate es una de las cinco salsas madre clásicas creadas por Escoffier. Generalmente se prepara con una combinación de tomates machacados, ajo, cerdo salado, zanahorias, cebollas, mantequilla, harina, caldo de ternera, tomillo, hojas de laurel, sal, pimienta y azúcar. El cerdo se fríe en mantequilla y, cuando la grasa se ha derretido, se añaden las cebollas, las zanahorias, el tomillo y las hojas de laurel a la sartén. Un poco más tarde se añade la harina y, una vez dorada, se añaden el caldo de ternera y los tomates y se remueve hasta que la salsa burbujee. Se añaden los condimentos y el ajo machacado a la combinación y la salsa se hornea en el horno durante más de una hora. Luego, la salsa se pasa por un colador y la parte superior suele estar untada con mantequilla para evitar la formación de una costra. Esta salsa espesa suele servirse con pasta, polenta, lasaña, palitos de mozzarella y albóndigas, entre otros.