El mole más popular es el poblano (también conocido como mole rojo), que se compone de al menos veinte ingredientes, entre ellos canela, pimienta negra, chiles poblanos, clavos de olor, semillas de anís y chocolate. Según una leyenda popular, se inventó en la ciudad mexicana de Puebla en el siglo XVI, cuando los habitantes del convento de Santa Rosa prepararon una versión diferente de la salsa azteca original para honrar a un obispo visitante. Sin embargo, también se asocia con Oaxaca y sus siete famosos moles. Algunos dicen que el secreto de un buen mole radica en tostar las semillas de chile que se carbonizan y actúan como bombas de sabor cuando se mezclan con la salsa. Tradicionalmente, esta salsa sabrosa y picante se sirve sobre platos de aves como enchiladas de pollo acompañadas de arroz.

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