Sopa Tarasca

La sopa de frijoles tarascos es originaria del estado mexicano de Michoacán, hogar del pueblo tarasco o purépecha, una de las principales civilizaciones precolombinas de Mesoamérica. Su cultura floreció desde el siglo XII hasta principios del siglo XVI, pero en 1530, el pueblo purépecha había sucumbido a los conquistadores españoles, quienes finalmente los llamaron tarascos, de ahí el nombre de sopa tarasca. Además de los frijoles, que generalmente se cocinan junto con tomates en un simple caldo de pollo, este plato es una gran fuente de chiles frescos y secos, la mayoría de los cuales son nativos del Nuevo Mundo, como la pasilla de Oaxaca ahumada, que imparte no solo un toque picante delicado, sino que también agrega un agradable sabor ahumado a esta abundante sopa.