La acquacotta (lit. agua cocida) es una sopa tradicional toscana que en sus orígenes era un alimento campesino y que se remonta a la Edad Media, cuando se preparaba en la región costera de Maremma. En aquella época, la acquacotta era el almuerzo típico de los butteri Maremmani, los ganaderos que poblaban la zona, pero también era popular entre los carboneros que vivían en los bosques toscanos. La acquacotta se preparaba antiguamente con agua, pan duro, cebollas, tomates y aceite de oliva, junto con diversas verduras y restos de ingredientes que pudieran haber estado disponibles. La cocina moderna actual suele utilizar pan fresco o tostado, mientras que los demás ingredientes pueden variar, ya que existen múltiples variantes de este plato. La acquacotta, una sopa sencilla pero muy sabrosa, se sirve normalmente con un huevo escalfado y se disfruta mejor mientras aún está caliente.

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