Chikin

El pollo frito coreano (KFC, por sus siglas en inglés) es un plato popular en la cocina coreana que consiste en trozos de pollo rebozados y fritos. El pollo frito fue introducido en Corea del Sur por el ejército estadounidense durante la Guerra de Corea en la década de 1950. Los soldados estadounidenses trajeron el concepto de pollo frito al país y rápidamente ganó popularidad entre los coreanos. En las décadas de 1970 y 1980, la industria del pollo frito en Corea del Sur se expandió con la aparición de varias cadenas de restaurantes de pollo frito. Estas cadenas comenzaron a experimentar con diferentes sabores y salsas, yendo más allá de la versión original y simplificada del pollo frito. Finalmente, a principios del siglo XXI, el pollo frito coreano ganó popularidad internacional, principalmente debido a sus métodos de preparación únicos, sabores distintivos y textura crujiente. Algunas características clave diferencian al pollo frito coreano de otros tipos de pollo frito. Una de las características que definen al pollo frito coreano es la técnica de fritura doble. El pollo primero se fríe a una temperatura más baja para cocinar bien la carne, luego se fríe a una temperatura más alta para lograr una capa exterior crujiente y crocante. El pollo frito coreano suele servirse con diversas salsas y condimentos sabrosos. Algunas opciones de salsas populares incluyen gochujang picante (pasta de pimiento rojo coreano), salsa de soja y ajo, salsa de mantequilla con miel, salsa agridulce, etc. Estas salsas se pueden aplicar al pollo frito ya sea mezclándolo con la salsa o rociándola sobre el pollo. El pollo frito coreano se sirve con diversas guarniciones, como rábanos encurtidos, ensalada de col e incluso refrescantes rodajas de sandía, y a menudo se acompaña con cerveza (esta combinación se conoce como chimaek).