El desayuno irlandés es una comida tradicional que consiste en huevos fritos, verduras, patatas y carnes como tocino, salchichas y morcillas blancas y negras. Esta copiosa comida casi siempre se sirve con soda irlandesa o pan integral, una taza de té y un vaso de zumo de naranja como acompañamiento. Normalmente, todos los ingredientes se fríen en mantequilla cremosa. En sus orígenes, el desayuno se inventó como una forma de preparar a la gente para un día de duro trabajo en la granja y era especialmente popular en las frías mañanas de invierno. Hoy en día, su enorme tamaño hace que sea un tanto imposible consumirlo en la mayoría de las mañanas de los días laborables, por lo que normalmente se prepara el domingo por la mañana (o la mañana de Navidad, cuando es especialmente popular). Aunque se le llama desayuno, se puede consumir a cualquier hora del día. Los ingredientes principales no están escritos en piedra, por lo que cada hogar puede añadir otros ingredientes según sus preferencias, como champiñones, judías al horno, boxty o patatas fritas.

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