El desayuno israelí consta de numerosos ingredientes, como yogur, queso, ensaladas, tortillas, pimientos, pan plano, pescado, aceitunas, zumos naturales, salsas y mantequilla. Este estilo de desayuno se originó en la granja colectiva del kibutz, donde un desayuno abundante era crucial para soportar la larga jornada de trabajo manual posterior. Los hoteles israelíes adoptaron la costumbre durante la década de 1950, adoptando el estilo de desayuno y sirviéndolo como un bufé de autoservicio para sus huéspedes. Dado que servir carne y productos lácteos juntos está prohibido en la cultura judía, el desayuno israelí siguió siendo una comida láctea. Incluso sin carne, se cree que uno podría no ser capaz de comer el almuerzo ni la cena después de darse un festín con esta creación israelí única.

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