Shawarma

El shawarma, marinado y asado en un asador, es un delicioso manjar de carne de Oriente Medio cuyos orígenes se remontan a la época del Imperio Otomano. Su nombre proviene de la pronunciación árabe de la palabra turca Çevirme (lit. dar vueltas; girar), y hace referencia al pincho giratorio en el que se cocina la carne. Los shawarmas se hacen con cordero, pavo, pollo, ternera o una mezcla de diferentes carnes que se cocinan a fuego lento durante horas y se bañan en sus propios jugos y grasa, adquiriendo una suculencia incomparable, pero el verdadero secreto de un shawarma perfecto está en el adobo. Dependiendo de la variedad, la carne debe marinarse durante al menos un día, preferiblemente dos, especialmente si se utiliza ternera. Estos adobos son a base de yogur o vinagre y suelen incluir especias y aromas como canela, clavo, cardamomo, nuez moscada, pimienta negra, pimienta de Jamaica, lima seca, pimentón picante, ajo, jengibre, limón, laurel y, a veces, incluso rodajas de naranja. El shawarma se sirve tradicionalmente solo o dentro de un pan plano caliente, como el pita o el lavash. Sin embargo, lo que realmente lo diferencia del döner kebab turco, los gyros griegos u otros alimentos similares es la cantidad de guarniciones y condimentos que se ofrecen con él. Por ejemplo, los shawarmas israelíes suelen estar cubiertos de tahini y vienen con generosas porciones de hummus y rodajas de mango encurtido, mientras que en otros países, el shawarma suele complementarse con mayonesa de ajo o una salsa picante de ajo toumaia, verduras frescas y encurtidas, ensaladas como tabbouleh o fattoush, y salsa amba, una salsa picante de chile y mango encurtido. El shawarma, que en su día fue un alimento básico común del trabajador de Oriente Medio, se ha convertido hoy en la comida callejera árabe por excelencia, que se encuentra no solo en Arabia y el Levante, sino prácticamente en cualquier rincón del mundo.