Pan vienés

El epítome de un desayuno dominical acogedor en Dinamarca es un dulce crujiente conocido como pastel danés. Se elabora con masa laminada, donde la masa se cubre repetidamente con mantequilla y se dobla sobre sí misma. El resultado es una creación bastante similar al hojaldre. La masa se moldea en diferentes formas y se rellena con rellenos cremosos y sabrosos. Los rellenos de frutas tradicionales, como manzana y frambuesa, natillas de vainilla y pasta de almendras, son los favoritos daneses, pero debido a su popularidad, los rellenos suelen ser específicos de la región. Por ejemplo, la canela es más popular durante la temporada de invierno, mientras que la fruta fresca, que se encuentra fácilmente disponible, se incorpora ocasionalmente a los pasteles daneses durante los meses más cálidos. El pastel suele estar decorado con copos de almendras o llovizna de limón, que contribuyen a un aspecto más sofisticado y proporcionan sabores y texturas más interesantes. Se cree que los pasteles daneses fueron creados por panaderos austríacos que fueron contratados en Dinamarca durante la huelga de panaderos de 1850, y trajeron la tradición de preparar masa laminada al país. Modificaron la receta añadiéndole más mantequilla para crear lo que hoy se conoce como pastel danés. Sin embargo, en Dinamarca, Suecia y Noruega se le conoce como wienerbrød, que tiene su origen en el nombre de pan vienés, y en Viena se le suele llamar Kopenhagener slap. Hoy en día, este pastel es un producto horneado reconocido internacionalmente que se encuentra en muchos países europeos y tanto en América del Norte como del Sur. Con diseños intrincados y una variedad de sabores, representa un pastel básico de todas las panaderías y un desayuno dulce favorito de muchas personas.